dilluns, 16 de juny del 2008

"Negociar con Marruecos es aceptar la ilegal soberanía que ejerce en el Sahara"

N. PÉREZ, S/C de Tfe.

Se aleja de la imagen de lo políticamente correcto. Este profesor de Derecho Internacional Privado de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPG) es un defensor a ultranza de las tradiciones y la etnografía de las Islas. Cree que esos valores y costumbres autóctonas deben inculcarse desde la escuela, y se opone firmemente a la imagen de que "lo pintoresco sea sinónimo de mago", como dice se entiende en algunos ámbitos de la cultura. "Benditos magos", añade, "son nuestras raíces". Su tesis doctoral, en la Universidad de La Laguna, versó sobre la condición jurídica de los extranjeros en Canarias. "Hay que establecer cupos en la entrada de inmigrantes", considera. En su faceta más pública fue presentador del programa "Taifa y Candil" de TVE en Canarias.

-Viendo su trayectoria en el ámbito profesional y la referida a sus aficiones puede deducirse su gran apego a la identidad canaria. ¿Cómo definiría usted esa identidad?

-Es el cúmulo de manifestaciones con las cuales se identifica nuestra forma de pensar, de vivir, y lo que nos distingue como canarios del resto del mundo. Somos un país mestizo y eso nos da una gran riqueza, porque estamos en un archipiélago en medio del Atlántico, adonde llegaron muchas culturas. Esa gran riqueza de mestizaje nos identifica.

-No podemos hablar entonces de una identidad excluyente...

-No, no. Nuestra población tiene una raíz indígena, que es el término que me gusta usar a mí, en vez de aborigen, pero en las Islas hubo relaciones con Europa antes de la conquista española. Así que nuestra identidad la han ido forjando pueblos africanos, europeos y americanos.

-¿Cree que ese sentimiento cala de forma mayoritaria entre la población del Archipiélago?

-Hoy día tenemos una gran colonización y aculturación; de ello son grandes responsables los centros docentes y los medios de comunicación. Estamos asaeteados por la famosa globalización.

-Pero no se puede vivir totalmente aislado de los acontecimientos mundiales...

-Sí, es cierto, pero eso no quiere decir que tengamos que desvestir un santo para vestir a otro... A mí me preocupa muchísimo la juventud; no es lógico, y esto me ocurrió en unas conferencias en Ravelo, Tenerife, que los chicos entre 7 y 12 años no supieran lo que era una trucha, una quesadilla, una rapadura... Y sí sabían, por ejemplo, lo que es un bollicao, la playstation. Esto me dolió. Hay muchos factores que nos están colonizando de nuevo y creo que debemos luchar contra todo eso.

-¿Cómo calificaría el nacionalismo que se practica en Canarias si lo comparamos con el de otros territorios españoles?

-Con todos mis respetos, yo creo que en Canarias hay muchos pseudonacionalismos...

-Me refiero al nacionalismo de Coalición Canaria, que es quizá el más numeroso...

-Pues creo que deben demostrar que son nacionalistas, porque yo no lo veo. Muestra de ello podemos verlo en la Televisión Canaria, que no emite casi programas de tradición etnográfica y didácticos.

-¿Y cuál es su nacionalismo?

-Yo lo resumo diciendo que hay que ser del mundo desde Canarias; es decir, estar al día, ser actual, pero defendiendo nuestra originalidad, nuestra canariedad.

-¿Canariedad?

-Sí, el sentirnos hijos de esta tierra, hijos del volcán... Para mí es sagrado El Teide, que es un símbolo que nos identifica a todos los canarios. Debemos también quitarnos todos esos complejos de inferioridad, de analfabetismo, y todos esos mitos que nos asignan a los canarios.

-...

-No me lo ha preguntado pero yo quería decir que una cuestión que me preocupa mucho es la de los pleitos insulares, no sólo entre las islas, sino entre comarcas de cada isla. Ahí tenemos mucho que avanzar, porque tenemos muchos enemigos...

-¿De qué enemigos habla?

-De los enemigos interiores. Hay pseudonacionalistas, gente que ha nacido fuera y se hace pasar por nacionalista, y no tienen nada de eso, porque para ser nacionalista hay que conocer nuestra tierra, nuestro país...

-¿Y por haber nacido circunstancialmente en otro lugar distinto, aunque se viva durante muchos años en Canarias, no se puede ser nacionalista aquí?

-Por supuesto que sí se puede ser nacionalista. El nacionalismo no se fija por el nacimiento, sino por la identificación. Yo nací, por ejemplo, en Gran Canaria. ¿Quién me dice a mí que yo no me sienta tinerfeño o chicharrero? Y también me siento palmero, hasta la médula, por ejemplo.

-¿Existe un déficit de autogobierno en las Islas o por el contrario opina que la autonomía en Canarias goza de buena salud y no necesita más competencias?

-Lo que yo creo es que es difícil gobernar en Canarias...

-¿Por qué?

-Porque somos unos auténticos reinos de taifa. Hay que empezar por decir que nos falta cohesión. El mar nos une y nos separa. Nos falta mucho del lema "canario conoce tu tierra"; debemos buscar todo aquello que nos vertebre. Yo me siento privilegiado como profesor en una universidad canaria; yo podía haber estado dando clases en una universidad de Cataluña, si quisiera. Y se me ha marginado concretamente por mi canariedad.

-¿Y dónde se le ha marginado, fuera de Canarias?

-No, fuera no, aquí mismo. En Canarias parece que hay que estar dentro de una orientación política para ser profesor. Y no, yo quiero ser independiente, porque soy canario y lucho por mis universidades, tanto por la de La Laguna, como por la de Gran Canaria. Mi isla, mi sentimiento, es todo el archipiélago. Por eso insisto en esa falta de cohesión entre las islas. Eso me duele mucho. Hay mucho camino por hacer.

-¿Pero esto se puede conseguir a través de mayores cotas de autogobierno?

-Bueno, yo creo que no es sólo más autogobierno; hay que ir trabajando poco a poco esos sentimientos de canariedad desde la juventud, desde los colegios. Prospecciones

-Se ha reabierto el debate sobre la posibilidad de que haya hidrocarburos en aguas próximas a Canarias. ¿De quién serían las competencias sobre sus beneficios, según usted?

-Está claro que los primeros que se deben enriquecer con el petróleo somos los canarios. Sería de estúpido que una multinacional viniera a enriquecerse y dejarnos sólo la contaminación. Si el petróleo no va a enriquecer a los canarios, que se quede donde está.

-Pero sigue habiendo dudas sobre la propiedad de esas aguas...

-El convenio de Montego Bay (Jamaica, que estableció en 1982 los derechos sobre las aguas) nos definió como archipiélago de Estado. Sin embargo, creo que ese convenio podría contemplar nuestra originalidad, porque esos pasajes de aguas internacionales entre las islas deberían estar controlados por el Gobierno canario.

-Sería conveniente, entonces, trazar definitivamente la mediana con Marruecos, ¿no?

-Pero es que nosotros no delimitamos con Marruecos, limitamos con la República Árabe Saharaui. Porque negociar este asunto con Marruecos sería reconocer su soberanía sobre este territorio saharaui, y a eso me niego rotundamente.

-¿Y cómo calificaría la postura del Gobierno español ante el conflicto saharaui?

-El Gobierno español lo que debe hacer es volver a apoderarse del Sahara.

-¿Apoderarse?

-Sí, volver a la administración de ese territorio. El famoso Tratado Tripartito (el de 1975, a raíz del cual se repartieron las dos provincias españolas saharauis: El Aaiún y Villa Cisneros) fue una entelequia y un hazmerreír. Todos sabemos que la parte norte se la quedó Marruecos y la zona sur, Mauritania, pero posteriormente este país se retiró y la entregó a los saharauis. La ocupación marroquí de estos territorios no está legitimada ante la ONU. Ése es un territorio ocupado. España, por eso, no puede negociar con Marruecos sobre esas aguas, porque está cometiendo una ilegalidad.

-España está jugando a doble banda, entonces...

-Eso es una vergüenza; todos los canarios nos debemos sentir avergonzados por lo que ha ocurrido con el pueblo saharaui. Yo no hablo sólo del Frente Polisario, que es un sector, yo me refiero a todos los saharauis oprimidos. La saharaui es una identidad de la que se ha desposeído a sus gentes. Mauritania se retiró, pero Marruecos es un Estado ocupante, dictatorial cien por cien. Las Naciones Unidas lo que tienen que hacer ya es convocar el referéndum de autodeterminación, que es un principio básico del derecho internacional, y después ya veremos qué quieren los saharauis.

-¿Plantearía usted la autodeterminación para Canarias?

-¿Y por qué no? Si llegara el momento en que los canarios quieren la independencia, ¿por qué impedirlo? Eso, de todas formas, deben decidirlo los ciudadanos.

-Entonces también apoya el proceso de autodeterminación vasco...

-Bueno, yo el proceso vasco no lo veo igual, porque los vascos no tienen esa identidad nacional.

-¿Y por qué, si son un pueblo bastante antiguo, con una lengua propia?

-Por la lengua, es posible, pero el territorio, el País Vasco, históricamente pertenecía, una parte, al reino de Navarra y otra, al reino de Castilla. Nunca han sido reino propio. Los navarros sí podrían decir que tienen una identidad de siglos, pero los vascos no, con todos mis respetos. Tenemos olvidada la historia.

-Volviendo al conflicto saharaui, ¿qué le parece la postura del Gobierno canario en este sentido?

-El Gobierno de Canarias debería definirse más, aunque ha ayudado también al pueblo saharaui, pero debe ser más transparente, tomar postura por unos hermanos nuestros que tenemos a nuestro lado. Además, ellos y nosotros somos los dueños del banco canario-sahariano.

-¿Tan temible es Marruecos como para no plantarse ante una situación que lleva oprimiendo a una población hace tantos años?

-Es que detrás de Marruecos está Estados Unidos y Francia. Esa es la hipocresía que hay. Los países islámicos son todos satélites o de Estados Unidos o de Rusia.

-A lo largo de su carrera como profesional del Derecho se ha especializado en asuntos de extranjería. ¿Qué es lo que más le preocupa del problema de la inmigración en las Islas?

-Es hora de que haya ya una regulación seria sobre este asunto. Necesitamos una política de contingentes, de cupos, y debe controlarse en el ámbito de las administraciones locales. Que la gente que venga aquí pueda trabajar honradamente. Lo que no podemos permitir es que vengan con visado de turistas y luego se queden de forma irregular. No me preocupan los pobres que llegan en pateras y cayucos, porque son minoría y lo que buscan es dar el salto a países europeos. Es una vergüenza que Francia, Reino Unido o Bélgica, que explotaron y colonizaron a estos pueblos, se quieran ahora lavar las manos y nos dejen a Italia y España este problema. Por eso digo que me preocupan más, por ejemplo, los de Europa del Este que, como comunitarios, entran ya legal pero constituyen auténticas mafias. También habría que regularizar a los que vienen de países iberoamericanos, que vengan si quieren con un contrato de trabajo. Para controlar esto hacen falta más inspectores de trabajo y de comercio. No quiero que se me entienda como xenófobo; yo lo digo también por estas personas, que trabajan muchas veces explotados por empresarios sin escrúpulos.

-¿Suscribe usted la idea de que la capacidad de carga de las Islas está llegando a su tope?

-El problema de Canarias es que hemos tenido siempre un desequilibrio de la población; es decir, que hay islas inmensas que han estado mucho tiempo despobladas, como en su día Fuerteventura, y otras con una densidad muy alta. Hay que limitar de alguna forma. Cuando entramos en la Unión Europea teníamos que haberlo hecho con las condiciones que tienen, por ejemplo, las islas del Canal, con límites claros...

-Una ley de residencia...

-Por supuesto.

-¿Y no va eso va en contra del derecho a la libre circulación de personas en la Unión Europea?

-Ahora sí; por eso teníamos que haber negociado condiciones excepcionales para Canarias. Es lo que hizo Reino Unido en su entrada en la UE al limitar ciertos territorios a la libre circulación de personas. También lo hizo Dinamarca con Groenlandia.

-¿Sería posible limitar a posteriori en Canarias?

-¿Y por qué no? Se lleva una iniciativa al Parlamento Europeo en la que se expliquen los problemas socioeconómicos que tiene Canarias... Porque ya no hay cama para tanta gente. El derecho evoluciona según las situaciones socioeconómicas de un pueblo. No quiero que se me interprete mal; no soy racista. Lo que hay que hacer es regularizar, porque el territorio de las islas no crece.

Fuente: eldia.es