Detenido, torturado y condenado sin pruebas, Mohamed Hacenna atravesó campos minados huyendo de la represión de Marruecos. Su sueño: el retorno al Sáhara Libre
En 2003 Mohammed Hacena Yeholih, tras haber sido detenido, torturado y condenado sin pruebas por participar en una manifestación, huyó de los territorios ocupados por Marruecos en el Sáhara Occidental acompañado de otros siete jóvenes saharauis. Cruzó el muro que separa la zona anexionada ilegalmente por Marruecos de los territorios liberados y atravesó los campos minados hasta llegar a los campamentos de refugiados de Tindouf (Argelia). El relato de sus vivencias a EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com inaugura una serie de testimonios de ciudadanos saharauis grabados durante el rodaje, el pasado octubre de 2007, del documental ‘Al-Yidar’ (‘El Muro’). Una cinta codirigida por Leonor Jiménez y Fernando Rivas y producida por Airon 60, empresa editora de EL OBSERVADOR, que verá la luz próximamente.
Manifestación y apresamiento
“FUI detenido después de la gran manifestación en El Aaiún contra el régimen marroquí en la que fueron apresados la mayoría de los manifestantes. La marcha fue pacífica, portábamos banderas saharauis y gritábamos lemas a favor del Sáhara Libre. La primera cosa que hicieron fue ponerme una banda sobre los ojos para que no viese quién me torturaba y así evitar que en el futuro los pudiera reconocer. Nos metieron en el coche de policía y durante el recorrido hasta la cárcel nos pegaron con las mismas maderas que habíamos utilizado para llevar las banderas. Por todas las partes del cuerpo: en los ojos, en la nariz, en el estómago. Luego nos interrogaron: “¿quién os orienta?, ¿quién está detrás de vosotros?, ¿eres del Polisario?, ¿quién os instiga a manifestaros?”
Las torturas, el juicio
“RESPONDÍAMOS que era una cosa voluntaria, que no había nadie que nos orientase y ellos decían que no, que había una mano detrás, que era el Frente Polisario y volvían a preguntar. Pasamos de un torturador a otro, nos colgaron con la cabeza hacia abajo y así nos pegaron. Nos insultaron, nos dijeron que no éramos nada, que no teníamos derecho de ser, ni de vivir. Pasamos cuatro noches con las manos atadas por detrás, mientras se sucedían los interrogatorios y las torturas. Estábamos incomunicados, nuestras familias no sabían donde nos hallábamos”.
“AL cuarto día nos presentaron al tribunal. Antes, en la cárcel, nos presentaron unos documentos que nos obligaron a firmar, sin saber lo que eran porque teníamos los ojos tapados. En la sesión el juez dijo que tenía unos informes firmados de nuestra mano en los que admitíamos que éramos rebeldes. Finalmente el tribunal me condenó a seis meses de cárcel y una multa de más de 1.700 dirhams. A los demás, tres meses en la cárcel y la misma multa”.
“DESPUÉS de salir de la cárcel hemos seguido en las manifestaciones, con nuestros hermanos, contra la ocupación. Tenemos una juventud muy organizada”.
La huida
“EN septiembre de 2002 había elecciones parlamentarias en Marruecos. Los jóvenes saharauis decidimos no participar, que los marroquíes se queden con sus elecciones. La policía secreta de Marruecos descubrió este plan y que se estaba organizando una manifestación. Comenzaron las detenciones y algunos de nosotros huimos, sin avisar a nuestras familias. Durante nuestra ausencia la policía fue a visitar a nuestras familias, les amenazaron, les advirtieron de que si su hijo no volvía les matarían y se quedarían con la casa”.
“ME separé definitivamente de mi familia. He pasado la mayoría del tiempo huyendo de un lugar a otro. Si yo le digo a mi madre que estoy en tal sitio, ya saben como es el cariño de una madre, ella va a intentar por todos los medios ir a verme o mandar a alguien. Huimos de la zona ocupada siete jóvenes y yo. Sabíamos que pasar el Muro es una aventura, sabíamos de otros que habían muerto, pero preferimos ser víctimas de las minas que estar bajo la opresión y ocupación marroquí”.
“CUANDO llegamos a los campamentos de refugiados nos enteramos de que en la zona ocupada, la policía marroquí sabía que habíamos huido. En los tribunales nos condenaron a diez años de cárcel aunque estábamos ausentes. Aquí he continuado con mis estudios gracias a la ayuda del gobierno Polisario”.
La resistencia
“ESTO es sólo una pequeña parte, un ejemplo de lo que viven los jóvenes saharauis en los territorios ocupados. Lo que estoy diciendo sólo lo pueden entender las personas que han sufrido estas torturas. Pero podemos soportarlo y resistiremos, aunque no veamos cumplido nuestro objetivo: la independencia y el retorno a nuestro país, el Sáhara. Puedo apostar con cualquier periodista a que si viaja a la zona ocupada estará acompañado, controlado y vigilado por un policía marroquí. Los funcionarios y policías marroquíes son más numerosos que los ciudadanos saharauis en la zona ocupada. A pesar de todo esto, los saharauis avanzan, día a día estamos más fuertes y con más esperanza”.
El sueño del Sáhara Libre
“TODOS los saharauis, los pequeños y los mayores, conocen la belleza de su territorio, saben que su país tiene la riqueza suficiente como para duplicar sus habitantes. Tengo la esperanza de que todos podamos volver alguna vez a nuestro país. No creo que después de 34 años viviendo en el exilio, en invierno, en verano, nos podamos integrar en Marruecos. Sólo tenemos un objetivo: el retorno al Sáhara libre.
Fuente: Poemario por un sahara libre
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