dimecres, 5 de setembre del 2007

Testimonio del activista saharaui de Derechos Humanos y ex preso político Yahdih Tarruzi
Testimonio del activista de Derechos Humanos y ex Preso Político Yahdih Tarruzi, después de ser liberado el 14 de Julio de 2007 de la Cárcel Negra de El Aaiun, tras cumplir condena.
Me llamo Yahdih Tarruzi y soy un ex Preso Político y miembro del Colectivo de Defensores de los Derechos Humanos Saharauis (CODESA). Fui arrestado el 13 de abril de 2006 por agentes de la policía marroquí en la ciudad de Tan Tan, al sur de Marruecos. Los agentes me arrestaron en condiciones humillantes y represivas y me llevaron a las dependencias de la policía judicial de El Aaiun. Allí, fui interrogado y torturado por un grupo de los servicios de seguridad marroquíes, quienes me acusaban de cometer crímenes que no había cometido y que me encerraron en la Cárcel Negra. Me he tirado diez meses en esta prisión en las condiciones más degradantes y difíciles imaginables, a consecuencia de una sentencia impuesta por la segunda corte penal y después de haber apelado el veredicto de un año que me había impuesto la primera corte de El Aaiun. Como ex Preso Político, he sufrido, junto a otros Presos Políticos saharauis, la falta de las más elementales condiciones de vida y los peores malos tratos y abusos. La prisión ni siquiera garantiza las condiciones contenidas en la Ley 23/98 (con todos sus aciertos y fallos). Aparte del sufrimiento producido por la malnutrición, la falta de agua potable, la deficiente asistencia médica, la inexistencia de ventilación o de adecuadas condiciones higiénicas o el excesivo agrupamiento de presos en las celdas, los presos, en especial los Presos Políticos, afrontan cada día la opresión de las autoridades carcelarias. A pesar de los intentos de los Presos Políticos saharauis de hacer frente a las violaciones de sus Derechos Humanos y de su esfuerzo por ser tratados como Presos Políticos, la administración de la prisión responde a sus peticiones con continuas torturas y salvaje opresión. Todas estas prácticas salvajes contra los Presos Políticos saharauis se coordinan con los servicios de seguridad marroquíes, que en condiciones normales no tendrían nada que ver con la administración de la prisión. Esta situación se mantuvo hasta el 19 de enero de 2007, cuando los Presos Políticos saharauis fueron sorprendidos mientras dormían con una salvaje y agresiva intervención llevada a cabo por más de cuarenta guardas especiales de la prisión, conocidos como “Les Paras”. Los guardas vinieron a la cárcel con el mero propósito de hacer desistir y retractarse a los Presos Políticos saharauis de sus opiniones. La intervención represiva de “Les Paras” fue dirigida por Abd-Lilah Az-zunfri, director de la Cárcel Negra de El Aaiun, Sahara Occidental. La agresión de este grupo no se limitó a las celdas. Nos llevaron a la sala de visitas y nos ataron a las sillas durante unas doce horas. Durante todo este tiempo nos golpearon por todo el cuerpo y nos sometieron a todo tipo de torturas humillantes y de castigos a causa de nuestras ideas políticas. Los torturadores se reían de nuestro sufrimiento llamándonos “traidores” o “enemigos del país”. Todas estas prácticas represivas eran jaleadas por la administración de la prisión, que ha hecho de estos agentes sus instrumentos de tortura, abuso, asesinato y ejecución de gente inocente. Posteriormente nos castigaron en celdas separadas, impidiéndonos comunicarnos unos con otros. Nos robaron nuestras escasas posesiones y nos sometieron a estrecha vigilancia. Las autoridades impusieron una situación especial de alerta en la prisión y suspendieron nuestros derechos a tratamiento sanitario, alimentación adecuada, información, etc. Como consecuencia de esta situación, decidimos comenzar una huelga de hambre para defender nuestra dignidad, que pronto se convirtió en huelga de hambre indefinida, en protesta por las duras condiciones y las torturas que estábamos sufriendo los Presos Políticos saharauis en la cárcel. Esta huelga duró más de 33 días sin respuesta positiva por parte de la administración de la prisión ni asistencia médica ante nuestra deteriorada salud. Finalmente, la justicia marroquí escuchó nuestras quejas a través de nuestras familias. A pesar de nuestra agonía, la administración de la prisión continuó con sus prácticas represivas, sometiéndonos a una estrecha vigilancia. Y, por si todo este sufrimiento no fuera suficiente, las autoridades decidieron castigar a dos de nuestros camaradas, Lehbib Al-kasimi y Al-hafed Toubali, encerrándoles en celdas de aislamiento (conocidas como “Al-kashu”), celdas usadas por los agentes de la policía marroquí como represión contra los Presos Políticos saharauis en sus idas y venidas desde la cárcel a los juzgados o al hospital. Así, pudimos presenciar casos como los de Lehbib Al-kasimi y Al-hafed Toubali, Ah’meidat Mohamed Salem, y Abd-salam Lubadi. El 11 de julio de 2007, justo antes de mi puesta en libertad, sufrimos de nuevo la agresión de un grupo de guardas de la prisión que nos golpearon y se llevaron todas nuestras pertenencias. El director de la prisión les ordenó llevarnos a la sala de visitas, donde yo, junto con Lehbib Al-kasimi, Al-hafed Toubali, Luali Ameidan, Dida Abd-aslalm, Bachri Bin Taleb, Lubadi Abd-salam y Mahamud Al-keinnan, fuimos sometidos a multitud de torturas sin ningún tipo de misericordia. Considerando las torturas a las que hemos sido sometidos por nuestras ideas, creemos que también ha aumentado el sufrimiento de nuestras familias, sometidas también a la agresión de las autoridades penitenciarias durante sus visitas. Se les trata de forma represiva que a veces incluye la violación o el uso de la fuerza, privándoles de comunicarse con nosotros o la información acerca de nuestra miserable situación. Mientras tanto, las prácticas opresivas continúan; justo dos días antes de mi liberación, el director de la prisión, Abd-Lilah Az-zunfri, me provocó e intimidó, diciendo que abriría un nuevo procedimiento para arrestarme otra vez. Cuando salí de la cárcel, estaba realmente asustado al ver dos coches de policía enfrente de la puerta de la prisión, rodeados por los torturadores y por el director de la policía, Abu Hassan Ichi y el oficial de la policía, Abd Al-hag Rabih. A pesar de mi miedo, estaba feliz de ver a miembros de mi familia y amigos de CODESA (Al-arbi Mas’ud y Brahim Al-Ismaili) que esperaban mi liberación en un ambiente de extrema seguridad, con agentes que me acompañaron hasta el distrito de “Matal-la”, el cual se encontraba bajo control policial. Al mismo tiempo, las administraciones de prisiones de El Aaiun trasladaron a los Presos Políticos saharauis a la prisión regional de “Ait Meloul”. Entre los presos trasladados se encuentran Ahmed Daudi, Zubeir Algarhi, Mohamed Salem Al-kasimi, Agdafna Minah y los Presos Políticos Alamin Badi y Larosi Shubeida. Este último fue llevado a la fuerza a la prisión regional de Tizinit. Tampoco podemos olvidar el caso de la mujer saharaui Mariam Ar-gueibi, trasladada a la prisión regional de Ait Meloul. La justicia marroquí todavía se plantea reabrir en octubre de 2007 los casos de los presos politicos saharauis Brahim Sabbar, Ahmed S’bahi, Al-hafed Toubali, Lehbib Al-kasimi, Ahmeidan Mohamed Salem and Abd-salam Lumadi por su entonación de eslóganes en la cárcel y en la corte en demanda del derecho de autodeterminación del Pueblo Saharaui. Mientras tanto, los dos agentes policiales responsables del asesinato del mártir saharaui Hamdi Lembarki, cumplen su condena de diez años de prisión en las oficinas de la cárcel, disfrutando de visitas familiares las 24 horas del día, acceso a teléfono y a TV satélite. Esta política es una clara prueba de la discriminación contra los Presos Políticos saharauis, privados de sus más elementales derechos como presos de opinión. Después de haber contado parte del sufrimiento que pasé en la cárcel junto con otros Presos Políticos saharauis, quiero elogiar los esfuerzos de los observadores internacionales que asistieron a nuestros juicios políticos. También valoro el papel de los abogados saharauis que nos defendieron, así como a las organizaciones de Derechos Humanos marroquíes e internacionales, tales como Amnistía Internacional, la Asociación de Derechos Humanos Marroquí, la Comisión Internacional contra la Tortura en Suiza, el Alto Comisionado para los Derechos Humanos de NU, la sección italiana del Comité Internacional para el respeto de los Derechos Humanos en el Sahara, la Asociación de Familiares de Presos y Desaparecidos Saharauis, la Unión de Juristas Saharauis, el Consejo de la Abogacía Española, así como las organizaciones humanitarias, activistas de Derechos Humanos, jueces, abogados, intelectuales, artistas, escritores, poetas, políticos, sindicatos y gente sencilla que sigue muy de cerca la crítica situación de los Derechos Humanos en el Sahara Occidental. También quiero enfatizar el apoyo del pueblo saharaui y de los activistas de Derechos Humanos saharauis que reflejan en sus informes las batallas diarias de nuestra lucha, esta lucha que llevamos a cabo junto con nuestras familias y todo el pueblo saharaui, que se convirtió en nuestro ángel de la guarda en nuestra lucha por el respeto de los Derechos Humanos en los territorios ocupados del Sahara Occidental. No quiero dejar pasar esta oportunidad para recordar con orgullo la experiencia del grupo de Presos Políticos saharauis que pasaron por esta cárcel y que se conoce como el “Grupo de los 37”. Gracias a su lucha, se pudieron revelar parte de las atrocidades que se cometen dentro de esta horrible prisión, mostrando al mundo, durante sus 52 días de huelga de hambre que la “Cárcel Negra” de El Aaiun es una “tumba para vivos”. Finalmente, deseo hacer un llamamiento urgente a los amantes de la paz en el mundo para que: • Se imponga el respeto a la legalidad internacional y se garantice el derecho a la autodeterminación del Pueblo Saharaui. • Se salve a los Presos Políticos saharauis de la horrible Cárcel Negra de El Aaiun y se presione a Marruecos para que libere a todos los Presos Políticos saharauis de las cárceles marroquíes y se comience una campaña para cerrar la Cárcel Negra de El Aaiun. • Se abra una investigación internacional sobre las brutales violaciones de los Derechos Humanos cometidas por las autoridades marroquíes contra gente inocente que solo expresa sus ideas y protesta para que se respeten sus derechos. • Se aclaren las alegaciones de tortura presentadas por las víctimas y se ponga a los responsables delante de la justicia sin importar sus posiciones en las administraciones o en la justicia. • Se solicite a NU que la misión de MINURSO incluya la vigilancia de los Derechos Humanos en los territorios ocupados. • Se publique el informe de la misión del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de NU, que visitó la región el 17 y 18 de mayo de 2006, y se pongan en práctica sus recomendaciones. Fuente: Poemario por un sahara libre